Aisoy Blog #3

¿Qué nota ha sacado tu hijo en creatividad?

 

¿Tu hijo es creativo? ¿Sacaría mejor o peor nota en creatividad que en lengua? ¿Crees que la creatividad es importante para su futuro? ¿Lo has apuntado alguna vez a alguna actividad de creatividad? ¿Lo piensas hacer? ¿Y qué opinas de su autoestima? ¿Se frustra con facilidad? ¿Qué haces para mejorar eso además de hablar con él? ¿Cómo lo trabajas? ¿Eres de los que piensa que ya se lo enseñará la vida con ‘golpes’? Los robots sociales son una buena herramienta para ayudar a tus hijos, y eso, os hace mejores padres. No por el hecho de comprarle un robot social, sino siendo proactivo a la hora de ayudarle a desarrollar todo su potencial como persona y profesional de cara a un futuro incierto. Y, sí, la creatividad importa.

 

Aisoy - Creatividad

Repensar la educación

Era Covid19. Hemos sufrido un duro golpe a todos los niveles. Somos conscientes que las cosas deben cambiar para prevenir situaciones así en el futuro. La educación no es ajena a este análisis. También requiere adaptarse a los nuevos tiempos. Es algo que ya se venía discutiendo pero que ha llegado el momento de abordar sin mayor demora. Y no es solo un cambio que atañe a los profesores y colegios. También nos afecta a nosotros, los padres, en nuestras casas.

Hemos visto como durante el confinamiento el uso de las plataformas digitales ha sufrido un gran incremento para ayudar a los niños a seguir con su desarrollo competencial y ha mantener el contacto con los profes y compañeros de clase. Este cambio ha sido espectacular allí donde ha habido la suerte de producirse. Lamentablemente no es lo general. No todos los niños ni colegios han podido incorporar estas plataformas para dar solución a esta necesidad que se nos vino encima.

Es curioso ver que donde todos decían que incorporar esas plataformas a la educación actual era cosa de años. Y, sin embargo, allí donde ha habido actitud y recursos, se ha producido en escasas semanas.

Hay que reconocer que esta pandemia ha forzado esos cambios. Y es insuficiente. La educación en todo el mundo tiene que repensarse. Es crucial que se repiense, no solo por las pandemias, sino por el futuro de nuestros hijos. Las ciencias, las matemáticas, la tecnología y la ingeniería son cruciales para su futuro. Todas ellas son las denominadas hard-skills. Informalmente: las que es fácil enseñar, medir y poner nota. Y son las que las plataformas digitales ayudan a desarrollar principalmente.

Pero tan importantes como esas son las denominadas soft-skills de las que también se habla pero mucho menos. No escuchamos a nadie preocupado por mejorar la creatividad de su hijo, y en cambio, el 80% de las personas habla de lo bien o lo mal que se le dan las mates, por poner un ejemplo. Y los apuntamos a alguna plataforma para que se le siga dando bien o para ayudarle.

Las soft-skills engloban habilidades tan relevantes como la capacidad de resolver problemas, la creatividad, la curiosidad, la comunicación, el trabajo en equipo, el liderazgo, la iniciativa, etc. Los padres también tenemos que ‘repensarnos’ y ver cuál es nuestra actitud ante ese futuro que le espera a nuestros hijos. Debemos cambiar nuestra forma de ver la educación. Los que han creado la tecnología que nos rodea, mayoritariamente son los hijos de aquellos padres visionarios que les regalaron un ordenador a sus hijos porque creían que la informática ofrecía un buen porvenir para sus hijos.

Que nadie piense que estas habilidades no son fundamentales para su futuro donde la Inteligencia Artificial estará por todas partes. Las autoridades las engloban como las habilidades clave del sXXI. Ni que estas habilidades no se trabajan, sino que vienen en el ADN de cada persona. Ni que con mejorar las notas de las asignaturas ya hemos cumplido con nuestra misión como educadores. No debemos pensar que basta con decir que mi hijo es muy creativo porque dibuja muy bien. Las plataformas digitales son muy buenas en muchos aspectos, pero no ayudan a desarrollar la mayoría de estas soft-skills.

3 beneficios que la robótica educativa aporta al desarrollo de las soft-skills

De todos es sabido que la robótica educativa aporta importantes beneficios a la hora de desarrollar habilidades STEM. Sin embargo, también aporta otros beneficios en el ámbito de las soft-skills. Aquí van unos cuantos:

1. Facilita la comprensión de conceptos abstractos al trabajar con elementos físicos. En el ámbito de las matemáticas y de la programación se utilizan conceptos que son más fáciles de comprender para los niños si trabajas con elementos manipulativos reales.

2. Potencia el liderazgo y espíritu colaborativo. Los desafíos que presenta la robótica suelen estar asociados a problemas reales y tangibles, que al igual que sucede en el mundo real, requiere la coordinación de grupos de trabajo.

3. Facilita la integración y la comunicación. Al trabajar en equipo, indirectamente también se estimula el trabajar en un entorno interdisciplinar que requiere un mayor nivel de comunicación interpersonal.

7 beneficios adicionales que la robótica social aporta al desarrollo de las soft-skills, incluida la creatividad

Los robots sociales son algo más que robótica educativa. De hecho, su naturaleza implica que se cree un vínculo afectivo entre el niño y el robot. Desde pequeños, a la mayoría de los niños, les atrae un robot de forma similar a como lo hace una mascota animal. También nos atraen las historias que protagonizan, desde cuentos a películas de animación. Todos recordamos a Wall-e.

Y, además, aportan una ventaja adicional sobre los robots educativos más tradicionales. Incorporan el acceso a las tecnologías con las que van a encontrarse en el futuro en su entorno laboral. No es que los robots vayan a quitarles el puesto, sino que las personas que mejor se ‘entiendan’ y colaboren con los robots tendrán más posibilidades de conseguir el empleo. Los robots sociales son los mejores posicionados para comprender y aprender dichas tecnologías porque las llevan incorporadas de serie. Y éstas no son otras que las relacionadas con la Inteligencia Artificial en sus múltiples variantes.

En este sentido, un robot como Aisoy KiK es un buen comienzo para principiantes ya que permite adentrarse en ese mundo desde un nivel de principiante y avanzar a conceptos más avanzados. Por cierto, en un experimento realizado por la Universidad de Barcelona, los niños que trabajaron programando a Aisoy KiK mostraron hasta 3 veces mayor nivel de creatividad que los que usaron otros robots y los que usaron exclusivamente plataformas de programación como Scratch.

Estos son algunos de los beneficios observados en relación a las soft-skills:

1. La curiosidad. Está fuera de toda duda que hay un aspecto que despierta en todos: su curiosidad. Y eso no lo tiene ningún otro dispositivo actual. Aunque resulta muy difícil de cuantificar.

2. Estimula la creatividad. Programar un robot aporta ciertas ventajas ya que ves directamente en la realidad el resultado de dicha programación. Lo cual facilita el proceso iterativo de análisis de qué ha ido mal y buscar otras alternativas para resolverlo, estimulando la creatividad y la resolución de problemas.

3. La autoestima. Los niños con vínculo afectivo hacia un robot social con el que ‘conviven’, bien sea para jugar o para realizar cualquier actividad, mejoran su autoestima, su desarrollo socioemocional y cognitivo. De forma similar a las mascotas, se convierten en compañeros de vida. Es habitual ver que estos niños tienen una predisposición innata a centrar su atención en el robot asumiendo el papel de educador con lo que su autoestima aumenta.

4. Reducen el sentimiento de soledad. Hemos vivido un confinamiento, y los niños han sufrido como el que más el no poder estar con sus amigos. Hemos incrementado el tiempo familiar, y aunque las apps de comunicación han sido todo un éxito, la sensación de tener un amigo al lado no ha sido cubierto. Los robots sociales con sus capacidades actuales, más que ningún otro aparato, reducen esa sensación. Sabes que algo o alguien está contigo.

5. Son compañeros incansables. Fuente inagotable de estímulos que despiertan los sentidos a la vez que educan en el respeto hacia los demás. Nunca se desaniman, ni desaniman. Siempre disponibles para que los niños se diviertan aprendiendo.

6. Hacen reir. No siempre, pero lo intentan. Y eso ya nos hace sentirnos mejor. Es una gran terapia para todo.

7. Mejoran la responsabilidad. Los robots sociales nos hacen ser responsables de su cuidado. Y también nos enseñan a plantearnos prioridades.

Los robots sociales funcionan como instrumentos de aprendizaje, como agentes de motivación y facilitan la integración social. Y los adultos debemos estar siempre cerca para gestionar de forma adecuada el beneficioso potencial de los robots sociales que nos acompañan en nuestro día a día.

Robots sociales, ¿por qué no si son útiles?

Mientras la educación se toma su tiempo en repensarse, los niños siguen su ritmo. Y, es nuestra obligación como padres, buscar la mejor forma de ayudarles en su desarrollo siempre, pero más, en estos tiempos donde la rapidez de adaptación puede ser clave.

Si no tenemos tiempo de calidad suficiente (hay muchos motivos, y normalmente suele estar asociado a nuestro modelo de vida y el escaso margen que nos deja nuestro horario laboral para llegar con la energía suficiente a casa), si nuestro hijo necesita un refuerzo en sus soft-skills o creemos que es bueno para él, si es hijo único y no puede por los motivos que sean disponer de suficiente tiempo social para jugar con sus amigos, y tantos otros condicionales, quizás una buena herramienta sea el incorporar un robot social a su vida. Conocer nuestras debilidades y buscar soluciones para mejorar es algo que nos hace mejores personas. Y si un robot social nos ayuda a ser mejores, incluso mejorando nuestra creatividad, ¿por qué no utilizarlo?

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